Recuerda la última vez que tropezaste y te apoyaste en una pared o en una puerta para no caer. Pudo ser perfectamente de un terreno lleno de piedras, o al haber tropezado distraídamente con un peldaño. Esto mismo logró hacer el robot LOLA, que fue programado por un equipo de ingenieros alemanes para valerse por sí mismo al caminar en terrenos difíciles.
El registro audiovisual de esta hazaña robótica fue publicado en el canal de YouTube de la Universidad técnica de Munich, y los autores contaron detalles sobre el desarrollo en una entrevista con IEEE Spectrum.
Actualmente, la mayoría de robots humanoides bípedos usan solo sus piernas estabilizarse mientras caminan. Utilizando una marcha casi estática, reciben un comando principal para moverse a un punto dado y emplean comandos de segundo orden para los motores que permitirán implementar este movimiento. Asimismo, muchos robots bípedos también cuentan con brazos móviles, pero por lo general no los usan para “apoyarse”, sino únicamente para ganar cierto equilibrio con ellos. Sin duda, apoyarse es una característica muy propia de las personas, las que tienen un abanico de opciones en las extremidades para soportar el peso en caso sea necesario. Sin este recurso, una mala caída podría –por lo menos– hacernos ver estrellas.
Un robot que sabe jugar en pared
Notando esta carencia, los ingenieros de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) se pusieron manos a la obra. Tomaron al robot humanoide LOLA (que usan como plataforma para el desarrollo de algoritmos), y lo entrenaron en una nueva habilidad, atípica para este tipo de robots: el uso de las manos para un contacto activo.
El robot tiene un diseño clásico: posee brazos, piernas y cabeza. Tiene 26 articulaciones activas propulsadas por motores eléctricos. Además, cuenta con un par de cámaras de profundidad instaladas en su cabeza, lo que le permite trazar un mapa volumétrico del espacio circundante.

El nuevo algoritmo empleó un enfoque proactivo en lugar de reactivo en la estabilización: en esta ocasión, el robot calculó de antemano los movimientos de las manos y los puntos de contacto de las manos con los objetos circundantes. LOLA tuvo en cuenta varias perturbaciones externas o errores de localización.
Cabe indicar que por el momento, no es capaz de usar los brazos para desafíos en tiempo real que no se planificaron de antemano.
Mapeando el terreno
A pesar de todo, con el presente avance LOLA es perfectamente capaz trazar un mapa del espacio circundante e identificar en él zonas como pisos, paredes y objetos individuales. En el futuro, los desarrolladores enseñarán al robot a tener en cuenta otras propiedades de las superficies que son importantes para auto-ayudarse: rugosidad, suavidad, y más.
En el video se pueden apreciar diferentes escenarios: en uno de ellos, el robot pierde el equilibrio en las piernas debido a que una placa debajo de la pierna se encontraba muy inestable, pero consigue mantenerse erguido gracias al oportuno apoyo encontrado en sus manos.
Anteriormente, un equipo estadounidense enseñó a un pequeño robot a apoyarse con una mano. Al caer, el pequeño autómata fue capaz de analizar la ubicación de la pared y su cuerpo, y luego, de extender la mano para descansar contra la pared y no caer.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, tecnología que suma.
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