La empresa estadounidense BRINC lanzó un dron policial en serie para la inspección de edificios y negociación con criminales…con mucho carácter. Su característica más llamativa es su capacidad para romper de forma autónoma cualquier ventana que le impida entrar volando a una habitación.
Por lo general, los drones pequeños son usados por personas comunes, pero el ejército y la policía también los han empezado a usar con mayor frecuencia. Se utilizan principalmente para monitoreo desde el aire. Por ejemplo, cuando se notifica sobre un disparo al aire, o para operaciones de búsqueda y rescate.
Últimamente se recomienda el uso de pequeños drones para reemplazar a los propios combatientes, para no poner en peligro sus vidas. Para ello, los drones ya poseen láseres y pistolas paralizantes. A pesar de todas estas habilidades, si un criminal está cometiendo algún acto ilícito o se esconde en un edificio, un dron puede tener problemas para llegar a ellos.
Pero incluso si el dron tiene armas letales o no letales, o al menos los medios para negociar con los sospechosos, si se han refugiado en un edificio, puede ser difícil llegar hasta ellos.
Pensando en todo ello, BRINC presentó un cuadricóptero para este tipo de operaciones, que brinda soluciones a los problemas que surgen al buscar sospechosos en el interior. Tiene un marco de fibra de carbono, potentes hélices con tornillos y un algoritmo de control de vuelo que permite que el dron empuje puertas y se abra paso ante ellas (a menos, por supuesto, que la puerta esté bloqueada de forma que no permite abrirla). También está equipado con un potente transceptor. Los desarrolladores afirman que cuando opera dentro de un edificio, puede mantener la comunicación con el operador a través de dos casas estándar (aparentemente, se refieren a casas privadas suburbanas). Además, puede mantener una línea de visión hasta a 13 kilómetros a la redonda.
El dron tiene un arnés de carga, donde puede transportar una cámara, una linterna y hasta un cargador de armas para un caza. Además, lleva consigo un repetidor de señal para trabajar en grandes edificios de hormigón.
El módulo más inusual que se puede colgar en un dron es un dispositivo para romper ventanas de vidrio. Está hecho en forma de bloque que puede girar a una velocidad de hasta 30 mil revoluciones por minuto, y también está equipado con puntas de carburo de tungsteno, un material extremadamente duro. Al entrar en contacto con el vidrio, la punta lo rompe y el dron puede ingresar sin problemas a un ambiente.
La compañía pensó en todo: a veces el dron puede caer mal, apoyado en su parte superior. Para tales casos, tiene un modo de volteo, en el que los pares de hélices crean un empuje opuesto, lo que permite al dron darse una vuelta.
Como mencionamos antes, el dron también posee un modo «negociación»: enciende la comunicación con el operador, reproduce su discurso a través de los altavoces y registra las respuestas de las personas a través del micrófono. Al mismo tiempo, el dron puede transmitir video desde la cámara a la consola del operador.
Ulises Lima