El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) reportó las mayores emisiones de carbono de la historia entre 2010 y 2019. Para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, las emisiones globales tendrían que alcanzar su máximo antes de 2025, anuncia un reciente comunicado de Naciones Unidas.
Alerta que camina
Según el IPCC, las actividades antrópicas han causado un calentamiento global de aproximadamente 1,0 °C, con respecto a los niveles preindustriales. Y desde hace unos años, se viene advirtiendo sobre los impactos que produciría el calentamiento global de llegar a 1,5 °C.
¿Por qué 1,5 °C? Porque al superar este límite los efectos del cambio climático comienzan a darse en forma no lineal, según los estudios científicos. Eventos de sequía, calor extremo, inundaciones, ciclones tropicales se volverían más recurrentes e intensos al superar los 1,5°C.
“Ahora o nunca”
El último informe del IPCC, publicado el 04 de abril, reveló que entre 2010 y 2019 se produjeron las emisiones de carbono más altas registradas en la historia. De ahí que el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, conminó a tomar medidas urgentes frente al cambio climático, con el objetivo limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
“Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra… Y los resultados serán catastróficos. Esta es una emergencia climática”, enfatizó Guterres. “Los científicos climáticos advierten que ya estamos peligrosamente cerca de puntos de inflexión que podrían conducir a impactos climáticos en cascada e irreversibles”, agregó.
El informe señala una necesaria y pronta reducción sustancial del uso de combustibles fósiles e incrementar el uso de fuentes alternativas. En ese camino también estamos avanzando. Entre 2015 y 2019, el uso de la capacidad eólica creció un 70%, mientras que la solar aumentó un 170%. En 2021, la energía eólica y solar generaron el 10% de la electricidad mundial.
El IPCC señala que es “ahora o nunca” el momento para reducir las emisiones globales que tendrían que alcanzar su máximo antes de 2025. Además, estas deben reducirse en un 43% para 2030, y alcanzar el “cero neto” a principios de la década de 2050. En última instancia, las emisiones nulas se deben alcanzar a inicios de la década de 2070 para que el incremento global no pase de 2°C.
Giro de timón
Definitivamente los estragos del cambio climático son cada vez más visibles. Se está afectando tanto a la biodiversidad y ecosistemas, como a la producción y nuestra alimentación. Ante ello la ciencia y la tecnología contribuyen con evidencia para un giro de timón necesario. No obstante, un cambio político, social y cultural también es importante.
Hay medidas «radicales» que cobran fuerza, pero también se hace evidente que el elevado consumismo en los países desarrollados es un problema grande. De ahí que el IPCC comience a hablar de decrecimiento, una alternativa que propone rediseñar la sociedad para hacer más con menos y construir prosperidad sin crecimiento.
Miguel Mendoza
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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