BOGOTÁ, Colombia – Investigadores de diversos sectores, actores sociales y representantes de comunidades campesinas de la Amazonía colombiana demandan mayores esfuerzos en detener la deforestación de la misma. La problemática, que incluye agravios contra los derechos humanos, empeoró luego de los acuerdos de paz del 2016.
Por qué es importante
Un estudio publicado en julio en Global Environmental Change reportó, mediante imágenes satelitales, un aumento del 40% en la conversión de bosques a zonas agrícolas en el periodo post-conflicto.
La cifra evidencia que el gobierno colombiano en esta etapa no supo lidiar con el problema de repartición de tierras y control de tala de árboles.
Entre líneas
Rodrigo Muti, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia que no participó en el estudio, explica a N+1: «el grado de deforestación en Colombia es un tema alarmante y complejo, donde priman los intereses por el cultivo de palma de aceite, coca, minería y la introducción inadecuada de la agricultura para la apropiación ilegal de la tierra«.
Además del padecimiento de la biodiversidad, los derechos humanos de los habitantes de la zona también son vulnerados.
- La región del cinturón andino amazónico es territorio de pueblos originarios indígenas, al igual que en países vecinos como Ecuador, Perú y Brasil.
- Tras acuerdo de paz, grupos paramilitares se disputan territorios afectando la tranquilidad de locales y propiciando la deforestación y la tenencia ilegal de tierras.
“El gobierno colombiano desplaza a grupos étnicos, campesinos, afrodescendientes por un deseo de acelerar de manera inconsulta la conservación”, agrega el biólogo.
Anitalia Piachi, líder indígena de la zona, denuncia: “el Estado les reconoce derechos a las comunidades indígenas y campesinas, pero no da garantías de éstos”.
- Es el caso de la extracción de recursos naturales e irrespeto a comunidades en la región del Caquetá, Putumayo, Piedemonte y circundantes”, añade.
Los números
- “El acuerdo de paz tiene 300 páginas y la palabra bosque aparece sólo tres veces”, observa Paulo J. Murillo, autor de investigación
- El 2016, la deforestación aumentó 44% respecto al 2015
- La pérdida forestal en áreas de conflicto antes de 2016 fue de 19%
- Pérdida forestal en áreas de conflicto después de 2016 fue de 30%
Qué dice del gobierno
El gobierno del presidente Iván Duque ha lanzado iniciativas para abordar el problema
- La operación Artemisa, una estrategia militar lanzada el 2019 que busca frenar la tala de árboles mediante una hoja de ruta económica y social a ser aplicada en los próximos 10 años.
- El documento Conpes 4021, que establece una nueva ‘Política nacional para el control de la deforestación y la gestión sostenible de los bosques’
- La revista Science, sin embargo, calificó de inadecuadas las iniciativas
El panorama
La Wild Conservation Society (WCS), describe la región afectada por la deforestación como una zona cuyos bosques “tienen características ecológicas y ecosistémicas de gran importancia (…) para la conservación biológica, reserva hídrica y la investigación”.
En un artículo recientemente publicado por la periodista Ximena Serrano, se informó:
- Que la consultora Climate Action Tracker calificó de insuficientes las metas y políticas climáticas de Colombia”
- Que un 70% de emisiones de carbono a reducir vienen del manejo de suelos, reduciendo la deforestación y aumentando la restauración forestal.
La paradoja
Durante el dominio de las FARC en esa zona se notó un aumento del bosque secundario y regeneración del bosque primario, así como la no intromisión de taladores de árboles, pues esto les servía de camuflaje en las escaladas bélicas.
- Esto no solo se evidencia en Colombia luego de un conflicto de 57 años, sino en otras partes del mundo con historia de guerra como el Congo y Liberia.
Wilbert Monterroza
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, tecnología que suma.
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