Las consecuencias del conflicto en Ucrania también están dañando a las actividades espaciales. La Agencia Espacial Europea suspendió su participación en el proyecto ExoMars que tenía con Rusia, según un reciente comunicado oficial. La misión tenía previsto despegar en setiembre de este año.
El proyecto ExoMars
ExoMars es un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y su contraparte rusa, Roscosmos. Este programa espacial tuvo una primera misión, llamada Trace Gas Orbiter, lanzada el 2016. Esta misión se dedicó a analizar fuentes de gases en la atmósfera de Marte, y a través del sistema FREND confirmó la presencia de agua bajo la superficie del planeta rojo.
El 2020 ExoMars tuvo su primer traspié con la pandemia, por la cual se decidió postergar el lanzamiento de su siguiente misión. Sin embargo, ExoMars no demoró en reanudar su trabajo activando todos sus equipos. Y el monitoreo del proyecto lo realiza tanto Roscosmos, como la ESA, la cual cuenta con 22 estados miembros.
Tensiones estelares
La guerra en Ucrania ha tenido una serie de consecuencias para Rusia en todos los sectores. A las medidas en el sistema financiero y digital, se les ha sumado la respuesta en el terreno espacial. Esto pese a que Rusia, EEUU y otros países vienen trabajando juntos, hace décadas, en la Estación Espacial Internacional (ISS).
El último 17 de marzo, la ESA decidió suspender las actividades de cooperación con Roscosmos respecto a la misión ExoMars. El consejo directivo aprobó por unanimidad interrumpir el lanzamiento programado para este año. Esto ocurre tras la decisión de la agencia rusa de retirar a su personal del puerto espacial europeo en Guayana Francesa, así como detener otros lanzamientos previstos.
La ESA también ha decidido explorar otras opciones para continuar con la misión. Para ello va a realizar “un estudio industrial acelerado para definir mejor las opciones disponibles para implementar la misión del rover ExoMars”. Mientras Roscosmos ha señalado que la ESA antepone una postura antirrusa por sobre el objetivo común de estudiar el universo.
Ya en febrero, la tensión se manifestaba en las declaraciones de importantes voceros. “Si EE UU bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS de una salida de órbita descontrolada o una caída sobre Estado Unidos o Europa?” advertía Dimitri Rogozin, director general de Roscosmos. Por lo que no ha sido una sorpresa, la decisión europea de interrumpir el lanzamiento de ExoMars, pese a los costos que implica una nueva suspensión.
Lamentablemente, la tensión solo ha ido en aumento. Hace unos días, algunos medios reportaban que tres astronautas rusos llegaron a la Estación Internacional vestidos con “los colores de Ucrania”. Lo que se interpretó como una protesta contra la guerra. Sin embargo, la agencia espacial rusa negó esta versión. «Habíamos acumulado mucho material amarillo, así que necesitábamos usarlo», bromeó uno de los cosmonautas.
¿Perdidos en el espacio?
Pese a los problemas actuales, la ciencia espacial intenta avanzar. Rusia plantea seguir el proyecto espacial por su cuenta, mientras Europa se acerca a EEUU. China, por su parte, avanza en la construcción de su propia estación espacial. Latinoamérica, no se quiere quedar atrás, y la constitución de su propia agencia espacial ya es una realidad.
Los efectos de la guerra en Ucrania no solo han afectado esta misión a Marte. Venera-D es un proyecto ruso, con el que EEUU pensaba colaborar y tenía programado el despegue hacia Venus en 2029. Pero ahora, la presencia americana en este contexto es considerada inapropiada.
Miguel Mendoza
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